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Buscan combatir la diabetes con plantas tradicionales

Con plantas tradicionales, los investigadores Catalina Ríos y Mizael Ortiz del laboratorio de Química Analítica, de la Unidad B de la Facultad de Ciencias Biológicas, buscan un compuesto activo antidiabético.

Un médico que también estudió herbolaria de San Gabriel Mixtepec, Oaxaca, le contó a David Ortiz que había una planta de uso tradicional que mejoraba el tratamiento de la diabetes. A esa planta le llaman “Cola de chango” y en aquella región del sur del país se la toman como un té.

Fue así que David Mizael Ortiz Martínez, con la asesoría de la doctora Catalina Ríos Rivas, fue a Oaxaca para recolectar varias plantas, aún no catalogadas, y realizar con esa investigación su tema de tesis en el doctorado en Química de Productos Naturales.

Ambos investigadores trabajan en el laboratorio de Química Analítica de la Unidad B de la Facultad de Ciencias Biológicas (FCB) en la investigación “Medicina tradicional contra la diabetes”,  proyecto que forma parte del Programa de Apoyo a la Investigación Científica y Tecnológica (Paicyt – UANL) 2015.

Los investigadores destacaron que el problema de la diabetes es muy preocupante a nivel mundial, pues se estima que hay 280 millones de personas que la padecen y, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra será del doble en la próxima década.

En Nuevo León también es alarmante el aumento de las personas que sufren diabetes. Se estima que en los últimos 15 años se duplicó la cifra porcentual de habitantes que padecen esta enfermedad. En el año 2000, rondaba el ocho por ciento, pero desde 2014 la cifra de pacientes con diabetes en Nuevo León supera el 15 por ciento y sigue en aumento. Cifra superior a la media nacional de un 12 por ciento. El problema se agrava más, ya que, según los especialistas, el 70 por ciento de las personas de la entidad que padecen diabetes no tienen un tratamiento adecuado.

Es por esto que la investigación de la doctora Ríos Rivas y de Ortiz Martínez cobra mucha relevancia, pues el objetivo es combatir la enfermedad pero con medicina tradicional en plantas que aún no han sido catalogadas, y que no tengan efectos tóxicos para la salud ni los denominados “rebotes” o efectos secundarios que a veces traen consigo el uso de fármacos.

“Se trata de probar plantas tradicionales que se utilizan para combatir la diabetes y que realmente tuvieran el efecto y que no fueran dañinas ni tengan efectos tóxicos secundarios”, comentó la doctora.

La investigación inició con seis plantas, pero a medida que se hizo el tamizaje, se redujo a tres. El estudio se enfoca en una chicoria del género miconia sp, donde el sp es la denominación utilizada en organismos donde todavía no identifican la especie. Además, trabajan con una Cyathea Princeps, mejor conocida como “Cola de chango”; y otra planta que aún no tiene nombre, pero los investigadores de la FCB le llaman videns.

En la actualidad, los fármacos que se utilizan en el tratamiento de la diabetes son la rosilitazona como hipoglucemiante, y la acarbosa, que es un antihiperglucemiante.

“La gente (de San Gabriel Mixtepec) usa las plantas junto con su tratamientos farmacológicos como coadyuvante y les funciona muy bien; ellos dicen que les funciona mejor que los tratamientos. Por eso las elegí para las pruebas”, dijo en entrevista el químico biólogo parasitólogo.

La investigación apenas comienza, pues está en su etapa de buscar aislar la molécula o la parte activa del extracto vegetal. Después de aislarla, sigue dilucidar su estructura y ver qué tan difícil es sintetizarla o aislarla a partir de material vegetal. Luego, hacer pruebas de toxicidad in vitro, después con animales y finalmente con humanos.

“El objetivo es que sea mejor que los medicamentos actuales y, sobre todo, más noble. Porque los fármacos, en mayor o menor medida, tienen efectos secundarios y a veces producen mareos u obesidad. Entonces, los pacientes, a pesar de sobrellevar los efectos de la diabetes, tienen que cargar con el peso de los efectos secundarios de los fármacos”.

Es ahí donde toma mayor relevancia el estudio de la doctora Catalina y el doctorando Mizael, pues según la OMS el 80 por ciento de la población mundial prefiere la medicina tradicional.

Responsable: Prensa UANL