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Vital intervención del nutriólogo para abatir enfermedades no transmisibles

La diabetes, obesidad e hipertensión, entre otras enfermedades no transmisibles, representan un problema de salud pública en México y una importante área de intervención para el profesional de la nutrición.

Antaño, al profesional de la nutrición se le buscaba sólo para bajar de peso, hoy sabemos que la formación de un nutriólogo va más allá de eso, porque el desafío a nivel nacional son las enfermedades crónicas no transmisibles: obesidad, sobrepeso, diabetes e hipertensión.

“La población debe dejar la imagen que tiene del nutriólogo como ese alguien que sólo le va ayudar a bajar de peso, es alguien que te va ayudar a conocerte, cuáles son tus hábitos, cuál es tu  fortaleza como ser humano para mejorar tu estado de salud”, advirtió la maestra Hilda Irene Novelo Huerta, en el marco del Día del Nutriólogo que se celebra este 27 de enero.

La directora de la Facultad de Salud Pública y Nutrición (FASPYN), precisó que el profesional de esta carrera ayuda a su paciente a encontrar estrategias claras sobre si es la cuestión de compra, de preparación o de la cantidad que se consume de alimento o, incluso, si hay otras afecciones familiares o laborales que no te permiten estar en buen estado.

Es bien importante tener claro que los jóvenes están enfrentando como reto las epidemias de sobrepeso, obesidad, cáncer e hipertensión y deben tener una formación en ciencia básica (biología celular, molecular, química, bioquímica, fisiología, anatomía) y las propias de la disciplina, como es la elaboración de dietas, el conocimiento de los suplementos y la patología.

“Este profesional puede desempeñarse eficazmente de manera individual y con equipo de salud; ofrece información del estado de nutrición del paciente, estudia los hábitos alimentarios, retos de la conducta para mejorar en hábitos y estilos de vida, y sabe trabajar con equipo multidisciplinario”, insistió la catedrática de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

La académica compartió que es muy diverso el campo laboral del profesional de la nutrición: nutriología clínica (directa con el paciente), nutriología poblacional (cuyo reto es conocer aspectos sociales de la población, identificar estrategias para que el paciente mantenga el plan nutricional y que la intervención sea exitosa), servicios de alimentación y tecnología de alimentos.

“El profesional de la nutrición ha dado un giro hacia la población, está formado de manera integral que puede perfectamente interactuar con otras disciplinas, puede dar mucho más allá, no sólo me hace un plan de alimentación, me explica, me pesa y se va”.

Dejó claro que a nivel comunitario se utilizan muchos más elementos de la comunicación por la interacción de factores sociales; el manejo de los alimentos, cómo comprar,  preparar los alimentos y cómo ser servidos.

“En el año 2000 teníamos una matrícula de 567 alumnos por semestre (son 10 semestres) y actualmente tenemos 2 mil 100 alumnos, tenemos un incremento sostenido del 10 por ciento en la licenciatura y en posgrado es de un 30 por ciento’, explicó Novelo Huerta.

La directora de la FASPYN perfila al egresado de esta manera: es una persona responsable, que sabe trabajar con diversas disciplinas, es innovadora, con capacidad de liderazgo y sabe aplicar lo aprendido para sacar el mejor talento de cada uno de sus pacientes.

“Datos en el Observatorio Mexicano de Enfermedades Crónicas no Transmisibles precisan que a nivel nacional hay 3.7 nutriólogos o promotores de la salud por cada 10 médicos y en Nuevo León este indicador es de 6.5 nutriólogos; eso refleja la valoración que la comunidad tiene de este profesional”, dijo.

Es evidente que este profesional goza de una formación integral que le permite: evaluar el estado de nutrición, elaborar planes de alimentación, estudia el riesgo de salud, hábitos de la persona, atiende segmentos específicos de la comunidad, administrar servicios de alimentación, desarrollo de nuevos productos.

“Estamos muy conscientes de la problemática nacional en materia de nutrición y por ello ofertamos programas académicos que responden a estas necesidades. Somos una institución certificada y preocupada porque los egresados ofrezcan soluciones a esta compleja realidad’, concluyó la catedrática de la UANL.

Responsable: Prensa UANL