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Una firma para la posteridad

Mujer de retos y convicciones, Carmen del Rosario de la Fuente García escribe un nuevo capítulo en la historia de la UANL al convertirse en la primera universitaria en desempeñar el cargo de Secretaria General.

Por primera vez en ocho décadas, la firma de una mujer está impresa en los títulos profesionales de la Universidad Autónoma de Nuevo León, es de puño y letra de Carmen del Rosario de la Fuente García.

Esa rúbrica que oficializa la obtención de un grado universitario, es de la primera mujer que desempeña el cargo de Secretaria General en la UANL desde su fundación.

Sentada en su escritorio, con cientos de documentos por signar, De la Fuente García deja a un lado su pluma para esbozar ideas y sentimientos referentes a su nueva encomienda.
¿Qué representa ser la primera mujer en ocupar este alto cargo dentro de la institución?

-Primero que nada, un orgullo; cuando uno se traza un plan de desarrollo y éste aumenta más que nuestras posibles expectativas, es algo muy bueno. Poder servir a la institución desde este puesto me abre un marco más amplio de oportunidades para responder a la problemática que pueda vivir nuestra universidad, y estar en esta posición, representa la posibilidad de abrir un camino para las mujeres, también el poder participar en toma de decisiones que tienen que ver con los asuntos de la Universidad.

Egresada de la Licenciada en Ciencias Computacionales y con Maestría en Administración por la UANL, De la Fuente García tiene 34 años de trayectoria profesional consagrados, en su mayoría, al servicio de la Máxima Casa de Estudios

A lo largo de tres décadas ha ejercido la docencia y puestos administrativos en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, siendo la primera mujer en ser designada como directora. En la administración central de la UANL se desempeñó como directora del Centro para el Desarrollo de la Industria del Software y de la Secretaría de Vinculación y Desarrollo Económico.

Se define como una mujer trabajadora, con vocación universitaria y espíritu de servicio, que busca imprimir en su actuar diario un sello de justicia, igualdad y prudencia, valores adquiridos en la familia y cultivados a lo largo de su vida personal y profesional.

Es inevitable hablar de sus logros sin evocar a su familia, en la que –dice-, reina una fuerte unión entre todos sus miembros. Pero hacen eco unas palabras expresadas por su padre al egresar de las aulas universitarias.

-Me dijo: “Hija, todos los días, desde que naciste, has sumado una historia. Hoy vas a formar tu historia en tu vida profesional; a partir de hoy, si dejas de hacer algo, la hoja se va a pasar en blanco y ¿qué crees? No puedes regresar a rellenarle, aunque trabajes doble al día siguiente; entonces trata de sacarle provecho cada día y de que en realidad pongas algo en ese libro, porque eso es algo muy valioso”.

Pero su libro personal lo empezó a escribir desde niña, ya que la maestra De la Fuente García jugaba y añoraba con cursar una carrera profesional. Tercera de seis hermanos, tres hombres y tres mujeres, Carmen del Rosario nació y vivió sus primeros cinco años de vida en la ciudad de Tampico, Tamaulipas. Después de pasar otros dos años en Poza Rica, Veracruz, y finalmente llega a radicar a San Nicolás de los Garza.

“Yo soñaba con tener una profesión, eso era desde niña, siempre decía que para qué tenía novio si no me iba a casar con él, yo quería terminar mi escuela”.

Jugaba en los jardines y calles de la colonia Anáhuac, en ocasiones a la escondidas, al “Stop”, el avión o a las muñecas, “obviamente, siempre mi muñeca estudiaba y siempre tenía una profesión, siempre peleaba eso con todas”.

Estudiosa y con buenas calificaciones, Carmen del Rosario de pequeña pensaba en cursar Medicina, aunque con el transcurrir de los años fue adquiriendo un gusto especial por la aritmética, interés que reforzó en su paso por la Secundaria 1 “Vicente Guerrero” y en la Preparatoria 7.

“La verdad, la secundaria la disfrute muchísimo, tuve maestros que luego fueron en la preparatoria, y que recuerdo con mucho cariño […] yo tuve maestros (de matemáticas) que sabían, tenían el conocimiento, les gustaba y lo mejor es que sabían enseñarlo”.

Ya preinscrita en la UANL, su interés por las matemáticas aplicadas hace dar un giro de último momento e ingresa a la carrera de Ciencias Computacionales. Dice que fueron momentos difíciles por la falta de maestros, situación que al egresar convocó a sus compañeros para regresar a su Alma Máter y retribuirle a manera de gratitud.

Como primera mujer directora de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas creó la licenciatura en Actuaría, implementó la norma de calidad internacional ISO y acreditó a nivel nacional la Licenciatura en Ciencias Computacionales.

¿Cómo visualiza a la Universidad?
-Yo la visualizo como algo siempre ascendente, una universidad más en un contexto mundial, con mucha movilidad estudiantil; visualizo una universidad más comprometida, mucho más social, y siempre buscando ampliar la cobertura hacia los otros municipios.

De cara a la comunidad universitaria, ¿qué le diría usted?
-A todos: estudiantes, maestros, trabajadores. Somos un equipo, debemos de trabajar en conjunto, yo creo que si cada uno aportamos lo que debemos, vamos hacer de esta universidad, la mejor, y con compromiso, cariño y respeto a la institución podemos lograr muchas cosas.

¿Y a las mujeres universitarias?
-A las mujeres universitarias las invito a que sigan también tan comprometidas. Yo sé que las universitarias son emprendedoras, son trabajadoras, son dirigentes, son gestoras, realmente tienen mucha capacidad para salir adelante.
Entonces yo lo que les invitaría es que sigan con ese entusiasmo, con ese compromiso y con esa entrega porque yo creo que en eso la mujer se ha logrado posicionar y se ha reconocido el talento de las mujeres. Entonces las mujeres pueden tranquilamente alcanzar todas las posiciones, hay muchas directoras ya, muchas directoras en departamento central […] Entonces, yo creo que las mujeres poco a poco van a ir viendo que se puede llegar y van a ir ganado más puestos.

Antes de concluir la entrevista, agradece a su esposo e hijo por todo su apoyo y comprensión “saben que soy una persona inquieta”. Acaba la charla y reanuda el trabajo en su oficina, con la rúbrica de títulos universitarios, una firma para la posteridad.

Responsable: Prensa UANL