Regresar

Compartir:

Rinden homenaje póstumo al músico universitario Óscar Paéz

Agrupaciones musicales de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de Saltillo, Coahuila, rindieron un concierto-homenaje póstumo a Óscar Enrique Páez en el Aula Magna del Colegio Civil Centro Cultural Universitario.

Como un excelente músico, precursor de las rondallas en la UANL, un buen hijo, padre, hermano y esposo así fue recordado Óscar Enrique Páez Hernández en un homenaje póstumo en el Aula Magna “Fray Servando Teresa de Mier” del Colegio Civil Centro Cultural Universitario.

Óscar Páez nació en Saltillo, Coahuila, el 10 de mayo de 1977, ciudad en la que se inició en la música, entre otras agrupaciones, con Rumiyarca y Quetzalli. En la Universidad Autónoma de Nuevo León, Páez fue integrante del grupo El Tigre y fundador de las rondallas femenil y varonil de la Facultad de Psicología.

En el marco de la Escuela de Verano UANL 2016, sus compañeros y discípulos esbozaron una semblanza de Páez Hernández, matizada de anécdotas, admiración y afectos.

Desde niño, a Páez siempre le caracterizó su dinamismo, generosidad y gran habilidad para la música; sus primeros trabajos como maestro fueron en 1996 al 2000 en el grupo Quetzalli en el Colegio Nicolás Bravo, donde dejó su primer legado musical en su tierra natal.

“Fue maestro de todos nosotros, algunos del grupo que formó en la secundaria. La primera pieza que tocamos fue una de las primeras que nos enseñó. Óscar era muy animado, se aventaba para todo y a todo le decía sí”, recordó Yosadac Arzola Ramírez antes de interpretar la canción El negro José.

En el 2000, el músico fue integrante y director de Rumiyarca, agrupación que tiene como principal género el andino –uno de sus favoritos– de acuerdo a David Pacheco, del Grupo El Tigre.

“A él le gustaba mucho la música andina y por eso seleccionamos estas canciones”, comentó Pacheco antes de interpretar Guacara, junto a la agrupación de música tradicional de la UANL.

Para el 2005 el maestro Óscar Páez tuvo la iniciativa de conformar al grupo Pico de Gallo, convirtiéndose en su director; conjunto que ha representado a la Universidad en eventos nacionales e internacionales con una gran variedad de música mexicana, también ha acompañado a la Compañía Titular de Danza Folklórica de la UANL.

Impulsó la música en jóvenes

En 2002 Páez ingresó como trabajador universitario; tres años más tarde, el 12 de mayo de 2005, formó la rondalla femenil de la Facultad de Psicología, una agrupación de gran renombre. Cuatro generaciones han pasado por sus filas; el maestro de rondallas ha creado hermandades para toda la vida.

“La principal razón por la que decidimos hacer esto es para decirle gracias a un hombre bastante afortunado que es Óscar Páez, porque creo que pocas personas logran hacer esto, que es convertir una de sus mayores aficiones en su trabajo y su trabajo lo convirtió en su familia, y eso es algo que creo que pocas personas cuentan”, dijo en un emotivo mensaje su alumna Andrea Alicia Catalina Reynoso Olguín.

“Todo aquél que lo conoció tuvo la fortuna de obtener algo a cambio: aprendizaje, experiencias sorpresas y, sobre todo, una sonrisa, pues él siempre tenía una sonrisa para darle a quien conocía.

“Realmente Óscar se encargó de convertir esto en una familia y nos hizo enamorarnos de la música, apreciarla y eso es algo que siempre le vamos a agradecer; fue algo que nunca se cansó de tratar de inculcarnos”, dijo la joven integrante de la rondalla femenil.

La agrupación de la Facultad de Psicología presentó Mi ciudadSaya Morena y Recuerdos Impecables.

En el 2005, también surgió el grupo de la Rondalla Varonil, un grupo de talentosos jóvenes que también vieron en Óscar más que un maestro, un padre; ellos le dedicaron Vuélveme a querer.

Los familiares del músico universitario estuvieron entre el público para escuchar las emotivas y sinceras palabras de sus compañeros, discípulos y amigos, la noche del 19 de julio en el Aula Magna “Fray Servando Teresa de Mier”.

Responsable: Prensa UANL