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Reivindica arquitectura catalana en Monterrey

En su conferencia “Miquel Bertrán de Quintana. Modernismo catalán olvidado en el Parque Fundidora”, el doctor en Historia de la Arquitectura, Carlos Lupercio, devela que en la ciudad hay inmuebles del modernismo catalán.

En Monterrey hay rastros de arquitectura del modernismo catalán, en especial de Miquel Bertrán de Quintana, pero ni la historiografía ni las políticas públicas les han otorgado el cuidado y el respeto que deberían tener.

Este es el argumento que el doctor Carlos Alejandro Lupercio Cruz expuso en su conferencia “Miquel Bertrán de Quintana. Modernismo catalán olvidado en el Parque Fundidora” el 23 de mayo en el Colegio Civil Centro Cultural Universitario.

El modernismo catalán, explicó en entrevista el doctor en Historia de la Arquitectura por la Universidad Politécnica de Catalunya, es una reivindicación nacionalista donde destacan artistas como Antonio Gaudí, Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch en el ramo arquitectónico. Sin embargo, este estilo fue un movimiento muy amplio con literatura, ideas políticas, esculturas y artes decorativas.

Lupercio obtuvo una beca para realizar una estancia posdoctoral en la UANL, financiada por Conacyt. El titular del Centro de Documentación y Archivo Histórico de la UANL, Edmundo Derbez, invitó al catedrático para que compartiera su investigación en un evento enmarcado en el Festival Alfonsino 2016.

El doctor explicó que Miquel Bertrán de Quintana (Barcelona 1878 – Ciudad de México 1951), gracias a su amistad con Adolfo Prieto, desarrolló un par de edificios de repertorios estilístico relacionados con el modernismo catalán y que hoy se encuentran en pie en el Parque Fundidora. Estos son La Casa del Director, también llamada Casa Rosa, y que actualmente son las oficinas del Parque Fundidora y el edificio sede del Archivo General del Estado (AGENL).

Alumno directo y muy amigo de Lluís Domènech i Montaner, Bertrán de Quintana tenía mucho interés en temas relacionados con la higiene a partir de la iluminación natural; y  se especializó en la fabricación de relojes solares. El reloj de sol que está frente al AGENL es obra de Bertrán.

Lupercio comentó que el arquitecto catalán tuvo un papel muy relevante también en la Ciudad de México, pues en 1910 construyó el Pabellón Español de la conmemoración del Centenario de la Independencia de México; del Sanatorio Español; y otras obras en la Colonia Condesa. Cuando realizó esas construcciones, se quedó en México y, desde los años treinta, apoyó a los exiliados republicanos españoles.

“Tiene muchas colaboraciones en periódicos y revistas especializadas en arquitectura, pero la historiografía de la arquitectura mexicana lo tiene bastante relegado. Es importante hablar de un arquitecto con una trayectoria tan compleja e interesante y diseñador de espacios que, por suerte, se mantienen en pie”, aseveró.

Según el investigador, existen relaciones del modernismo catalán con el eclecticismo mexicano, en especial del Noreste. Para abundar en su investigación, Lupercio también visitó Tampico, Torreón y ahora está en Monterrey.

“Es un arquitecto que está bastante olvidado, mal, porque es bastante peculiar e interesante. Sus obras tienen un alto valor artístico. Hay muy poco escrito sobre él”, insistió.

Además de Bertrán de Quintana, Lupercio destacó que encontró información inédita en la que se menciona que los arquitectos catalanes Ángel Playan, e hijo, también trabajaron en edificios que se conservan en Monterrey. El estudioso mencionó que con los resultados de sus investigaciones, espera encontrar apoyo para publicar su estudio.

“Estoy en busca de un editor, que hay mucho qué decir acerca de la arquitectura de Monterrey. La ciudad está muy centrada en la modernidad y prosperidad de San Pedro, pero eso está dejando de lado edificios que no son tratados con los cuidados y el respeto que requieren”.

Responsable: Prensa UANL