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Prevé accidentes y disfruta estas vacaciones

Nada más refrescante que un chapuzón para mitigar este cálido verano, sin embargo, existen reglas básicas para disfrutar estas vacaciones de una manera segura en sitios de sol, arena y agua.

En las vacaciones de verano las albercas, ríos y playas son el destino de muchas familias, pero también son la ocasión para que se presenten accidentes propios de estos sitios: caídas, insolación, ahogamientos por indigestión y por no saber nadar.

En 2011, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS),  murieron por ahogamiento 359 mil persona y este tipo de accidente es la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo y suponen un 7 por ciento de todas las muertes relacionadas con traumatismos, lo que hace de ello un gran problema de salud pública en todo el mundo.

El maestro Georgino Almanza Medellín, Coordinador General del Centro Acuático Olímpico Universitario (CAOU), explicó que cuando se quiere nadar o refrescarse un rato, lo ideal al meterse al agua es ir acompañado de, al menos, una persona más.

“No es recomendable que la persona que quiere nadar vaya solo, porque en caso de accidente no habrá quien pida auxilio; incluso, la persona que no está dentro del agua o el mar debe evitar meterse, a menos que esté capacitado para un rescate, porque quien se está ahogando entra en pánico y la situación puede empeorar, dijo el entrevistado.

Almanza Medellín dejó claro que aunque la persona sea una buen nadador, pueden surgir imprevistos o problemas en el agua y si se está acompañado puede recibir ayuda de manera más rápida; en las playas se debe nadar a lo ancho de las mismas, nunca hacia el interior.

En el caso de las piscinas, los accidentes más recurrentes son las caídas y golpes de diversa consideración, heridas de diversa importancia quemaduras solares, accidentes provocados por la práctica de juegos o actividades peligrosos tanto dentro como fuera del agua, insolaciones, accidentes producidos por exceso de atrevimiento o de incumplimiento de las normativas.

En el caso de zonas naturales como playas y ríos, se suman otro tipo de accidentes como son las picaduras de insectos y medusas; las quemaduras solares suelen ser más comunes y peligrosos, se producen muchos cortes debido a los cristales, conchas o rocas; pero donde más peligro existe es dentro del agua, debido a las olas, las corrientes y los saltos al agua en zonas que no se conocen y de poca profundidad.

“En los ríos desconocemos que hay en el fondo, no sólo hay piedras, hay troncos y hasta envases de vidrio, es muy difícil nadar en río porque hay muchas ramas que se enredan en el fondo y podemos quedar atrapados, ahí hasta el mejor nadador está en peligro”, agregó el Coordinador General del CAOU.

Un consejo para cuando visitas un río es armar una herramienta de rescate y tenerla en caso de accidente: atar a una cuerda un bote con un poco de agua para que haga peso, este instrumento se lanza a la persona que está en riesgo dentro el agua, para jalarlo a la orilla; nunca meterse a intentar un salvamento.

El ahogamiento por indigestión es un tipo de accidente que se puede evitar si se respeta la regla de esperar dos horas después de haber comido para volver  meterse al agua.

“Muchas veces la ansiedad de los menores y algunos adultos de ingresar al agua sin haber esperado el tiempo adecuado para la digestión de los alimentos los pone en peligro y en muchos lugares el personal de salvamento no está capacitado o no hay suficiente, sobre todo en recreativos donde la visita de la gente supera a la cantidad de salvavidas”, dijo.

Almanza Medellín aseguró que lo ideal es que exista un salvavidas por cada 30 personas o al menos uno por alberca; indicador que no siempre se cumple.

“Si hay alguien en peligro se debe pedir ayuda, avisar al socorrista y si no hay nadie mejor preparado, el intento de rescate de estar pensado en los medios que se tienen a la mano y las posibilidades antes de actuar, porque en muchas ocasiones una situación de peligro termina con dos ahogados, el accidentado y el rescatador desesperado sin formación, ni conocimiento adecuados”, lamentó.

Y aconsejó que cuando una persona esté en peligro dentro del agua, debe intentar conservar la calma, pedir ayuda y estar relajado, aunque sabemos que es muy complicado, pero es más fácil flotar cuando se está tranquilo.

ALGUNOS CONSEJOS:

  • No dejes a los niños en la alberca sin supervisión. La persona que los cuide debe saber cómo administrar resucitación cardiopulmonar.
  • No dejes a un niño solo cerca de una alberca y menos dentro de ella.
  • Inscribe a tus hijos en clases de natación lo más pronto posible. De uno a cuatro años es lo más recomendable.
  • Aunque los niños sepan nadar, no dejes estar al pendiente cuando estén en la alberca y enséñalos a que no jueguen cerca de desagüe.
  • Por ninguna razón te alejes de los niños que no saben nadar.
  • Enseña a los niños a no correr, empujarse ni saltar unos sobre otros cerca del agua.

Responsable: Prensa UANL