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Personajes de Nuevo León deben analizarse con una luz diferente

En el marco de celebraciones de los 420 años de la ciudad de Monterrey, la historiadora María del Carmen Espinosa Valdivia considera que se debe desentrañar la verdad analizando a los personajes como Luis de Carvajal y de la Cueva

La doctora María del Carmen Espinosa Valdivia consideró que si bien el periodo que va de 1570 a 1600 ha sido trabajado por historiadores como Eugenio del Hoyo, Israel Cavazos y Santiago Roel, “todavía queda mucho por hacer”, en particular, desentrañar la verdad analizando a los personajes conocidos como Luis de Carvajal y de la Cueva, “con una luz diferente”.

Esto puede lograrse abordando la historia de las relaciones, es decir, su interacción con otros personajes, con lugares y circunstancias que pueden arrojar “cosas no tan evidentes”.

La doctora Espinosa participó con el tema “La conquista del norte a la luz de tres personajes: Luis de Carvajal, Francisco de Urdiñola y Juan Morlete”, en las actividades del 420 aniversario de la fundación de Monterrey organizadas por la Secretaría de Extensión y Cultura, a través del Centro de Documentación y Archivo Histórico de la UANL.

En la ponencia realizada en el patio ala sur del Colegio Civil Centro Cultural Universitario, la tarde del 20 de septiembre, la especialista en historia colonial por la UNAM, explicó que revisó folio por folio más de un centenar de volúmenes de la inquisición.

Con base en ellos, trazó una semblanza de Carvajal quien nació en Mogadorio, Portugal, trabajó con su tío Diego de León en el negocio de la trata de esclavos, y luego se estableció en Cabo Verde. De ahí se desprende la leyenda negra de esclavista en el norte de la Nueva España.

“Hasta ahora no se ha demostrado que haya sido don Luis quien haya esclavizado indígenas, pero sí gente allegada a él”, aclaró Espinosa, catedrática en el Centro de Arte Mexicano.

Entre 1566 y 1567 se embarcó a América donde adquirió gran prestigio por la captura de piratas del corsario inglés John Hawkins y en la pacificación de los chichimecas en una zona comprendida de Sierra Gorda hasta Mazapil.

Estas acciones, además, le dieron el conocimiento geográfico suficiente para negociar las capitulaciones para fundar el Nuevo Reino de León.

Al mismo tiempo, Carvajal se reencuentra con su familia y, en particular con su hermana Francisca Núñez, casada con Francisco Rodríguez de Matos, todos ellos provenientes de la raza judía, pero convertidos al cristianismo, para que le ayuden a poblar el reino.

“Ahí surgen dos grandes mitos que van a generar una cantidad de tinta verdaderamente espectacular”, señaló la ponente. Y no es que ambos hechos no existieran, sino que las interpretaciones rayan en la mitología.

El primero de ellos son las supuestas 200 leguas otorgadas para el establecimiento del Nuevo Reino de León, cuando el asiento de la capitulación señala “hasta 200 leguas”, lo que implica limitaciones geográficos y políticos con poblaciones establecidas con antelación, por ejemplo, al poniente con la Nueva Vizcaya.

Y el segundo consiste en las licencias extraordinarias dadas a Carvajal para traer extranjeros sin las investigaciones de ley de pureza de sangre para evitar la propagación de herejías en América.

Espinosa Valdivia explicó que a Carvajal no se le pidió porque la corona necesitaba de capitanes capaces de enfrentar la guerra chichimeca y con el conocimiento geográfico de la región, además de poseer recomendaciones del virrey Martínez de Almanza, cartas credenciales que no se han encontrado en la parte catalogada del Archivo General de Indias en Sevilla.

La otra razón fue que no se trató de una licencia extraordinaria a don Luis, sino una nueva política dispuesta por el rey Felipe II en las ordenanzas de exploración, conquista y poblamiento para que “no se les moleste con probanzas de limpieza de linaje” a quienes acompañaran a los adelantados.

El rey “tiene que flexibilizar sus exigencias para conquistar” porque se trataba de un territorio como el norte, con indígenas insumisos y condiciones ambientales extremas.

Carvajal, un practicante de la fe cristiana católica, que rezaba y asistía a misa, se le sometió a un proceso inquisitorial iniciado en 1589 acusado de judaizante a raíz de que su sobrina, doña Isabel de Carvajal trató de convertir a su familia a la práctica judaica.

Felipe Núñez, pariente de la esposa de Luis de Carvajal, levantó la denuncia ante el Santo Oficio contra Isabel, pero las crónicas dicen que el virrey estaba intrigando, confabulado con un cura, para rastrear la genealogía del gobernador.

“Yo quisiera tener los documentos en los que se fundamenta [el cronista] para encontrar esa información, porque lo que nos dice el material que sí tenemos en los archivos es que la denuncia es por Felipe Núñez, quien está apenadísimo, no sabía las consecuencias que iba a tener para su jefe, el gobernador del Nuevo Reino de León”.

Carvajal muere de tristeza, en 1591, en la cárcel; su descendencia y elementos judaizantes abandonaron el reino, incluso antes del juicio inquisitorial, por inseguro y condiciones de vida difíciles.

“Hay una corriente que habla de Nuevo León como un enclave de judíos conversos, practicantes del mosaísmo, pero hasta ahora yo no he encontrado fuentes que sustenten esta afirmación con una práctica de culto, no hay sustento para hablar de que haya habido una colonia judía en Nuevo León”.

Responsable: Prensa UANL