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Los programas sociales en México: una mirada del trabajador social

En el Día Nacional del Trabajador Social, el 21 de agosto, las investigadoras María Zúñiga Coronado, Blanca Tamez Valdez y Sandra Mancinas Espinoza, coinciden en que los programas sociales de México requieren una nueva metodología, que permita fortalecer el tejido social.

En México, los programas sociales requieren una reestructura que permita fortalecer el tejido social.

Así lo señalaron María Zúñiga Coronado, Blanca Tamez Valdez y Sandra Mancinas Espinoza, profesoras e investigadoras de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

En el marco del Día Nacional del Trabajador Social, las académicas de la UANL aseguraron que los programas sociales del país sólo inhiben las consecuencias, no atacan el problema.

Explicaron que las prácticas e investigación para la transformación social deben recaer en el individuo y en la situación que lo condiciona.

“La pobreza de los adultos mayores no se va a solucionar de la falta de pensión. Hay un sistema atrás que no permite el acceso a condiciones laborales que les permitirán gozar de esta pensión en un futuro.

“Los programas sociales están haciendo que se fracturen esos lazos, al poner a competir unos con otros, es decir, el hecho de que a uno le den y a otro no, que uno se sienta merecedor del apoyo y otro no, está fracturando ese tejido social de las comunidades”, señaló María Zúñiga Coronado, Doctora en Trabajo Social por la Universidad Laval, en Canadá.

Las condiciones que imposibilitan el éxito de los programas, radican en que focalizar a la población vulnerable requiere de una gran inversión.

Ante esto, aseguraron que México debe encaminarse a políticas universales que permitan a la población tener acceso a las necesidades básicas, en materia de salud, educación y trabajo.

“No creo que se les tengan que dejar de dar dinero, los programas de renta básica, que nosotros conocemos como “dar apoyo” existen en todos los países. Es un derecho que los ciudadanos tienen cuando están frente a situaciones problemáticas; claro, que sí hay que trabajar en los criterios y encaminarse a políticas universales”, precisó Sandra Mancinas.

Hasta el 2012, en México se contabilizaron 3 mil 127 programas y acciones de desarrollo social, de los cuales, 278 eran federales y el resto estatales, de acuerdo al CONEVAL.

 

Los trabajadores sociales necesitamos ser escuchados

La doctora en Filosofía con orientación en Trabajo Social y Políticas Comparadas de Bienestar Social, Blanca Tamez Valdez aseguró que los trabajadores sociales en país sólo son considerados para los procesos de intervención en programas sociales.

“Quienes diseñan programas no escuchan al trabajador social, ni para la evaluación de los mismos. Está limitado por las estructuras institucionales que la dejan en el plano de la intervención”, puntualizó la miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT.

Diferente a otras profesiones, agregó Sandra Mancinas, el trabajador social debe incidir en los programas de asistencia, ya que cuenta con el compromiso de la justicia social, dignidad de las personas y respeto a la diversidad.

“El trabajador social recoge conocimientos de otras disciplinas y los hace suyos al momento en que busca utilizarlos para aplicar o transformar una situación problemática.

“Está impregnado de una ética, que desarrollan y tienen habilidades para acercarse con las personas y detectar las necesidades sociales”, puntualizó la especialista en Familia y Políticas Sociales e Intervención Social.

 

Retos del trabajador social en México:

  • Fortalecer su participación en la investigación
  • Abrir espacios de formación en beneficio al trabajador social
  • Participar en los procesos de diseño de política de programas
  • Participar en evaluaciones de programas
  • Construir nuevas metodologías de intervención para dar respuesta a las nuevas realidades

Responsable: Prensa UANL