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La muerte vive en la literatura

“La literatura es una de nuestras formas de respirar, da testimonio de nuestros sentires. Si la muerte está presente, la literatura también”, expresó el poeta José Javier Villarreal Álvarez.

La literatura dicta nuestra muerte, no para el que se va, sino para el que queda en la memoria de los vivos. En la literatura mexicana, hacemos de la muerte una calaverita de azúcar para celebrar el final o el comienzo.

Con motivo de la conmemoración del Día de Muertos, el poeta José Javier Villarreal Álvarez, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, hizo una reflexión sobre el papel que la literatura tiene en relación a la muerte, la cual en México es toda una tradición.

“Somos un país único en el aspecto que nos comemos la muerte. Convives con tus muertos, en el sentido de que vas y haces tus ofrendas, le llevas de comer al muerto, haces un día de campo para ver al muerto.

“Pero el asombro de la muerte… quién la padece, el que se muere o el que queda. Los sobrevivientes, aquellos que depositaron su afecto en quien ya no está, crea un vacío y, tal vez, una de las ‘funciones’ del arte puede ser recordarnos o hacernos más fácil la convivencia que ahora vamos a tener con la ausencia”, señaló el catedrático de la UANL.

Para el Premio a las Artes UANL la pérdida es el detonante de la poesía, por lo que, sin la ausencia, sin la muerte, la literatura no tendría sentido.

“Una persona es eterna mientras otra persona la recuerde. Ya no tienes conciencia, ya no te enteras de nada, pero mientras seas recordada por alguien eres eterna. Eso lo recalca mucho la literatura, ya sea en la novela, en el cuento, en la poesía.

“La literatura te da la posibilidad de la memoria. Las cosas suceden y no tienen la menor importancia, pero la forma de contarlo es la posibilidad que tenemos de volver a vivirlo”, puntualizó Villarreal.

La tradición de celebrar a los muertos cada 2 de noviembre con altares, música y vestimenta típica, es una manera de conservar el pasado en el presente, de registrar las emociones con la literatura, esta última como la base del todo.

“En Mesoamérica las naciones autóctonas hacían guerras como fiestas, pero se mataban. Hacían juegos y los que ganaban el juego eran los sacrificados y todos querían ganar.

“En México hay una cultura donde la muerte tiene un sitio de mucho privilegio y la literatura hubiera sido absurdo que no hubiera dado testimonio de esto”.

Con el paso del tiempo, señaló el escritor, la representación de la muerte en México siempre ha sido la misma y ha sido el arte el encargado de preservar las costumbres de años remotos.

El Día de Muertos tiene su origen en la cultura prehispánica, la cual se enriqueció con los ritos y las ceremonias que se realizan en esta festividad.

En la mayoría de las familias mexicanas la tradición persiste, a través de altares de muertos como ofrenda de bienvenida a su difunto, festivales alegres y humorísticos, calaveritas de azúcar o calaveritas literarias, entre otras actividades más.

Responsable: Prensa UANL