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El espejo comunicante

La UANL contó con la presencia de Guillermo Ceniceros, autor del mural Espejos comunicantes en el Teatro Universitario. El 12 de mayo, después de 25 años de finalizar con esta magna obra, el pintor plasmó su firma en ella.

La ciudad de Monterrey albergó la presencia del artista Guillermo Ceniceros, quien viajó para firmar su mural, ubicado en el interior del Teatro Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y así conmemorar el 25 aniversario del edificio. El evento es parte del Festival Alfonsino 2016.
Un día antes, la ciudad se había paralizado por el clásico entre Tigres y Rayados, las escuadras locales de fútbol. Los seguidores del equipo blanquiazul sonreían a la mañana siguiente, orgullosos por la contundente victoria sobre los rivales. Ceniceros no es un hombre futbolero, pero dice no molestarle este deporte.
Ceniceros es un artista y piensa estampar algunos de sus grabados en corbatas para caballero. Qué interesante caminar por la calle Morelos y ver a un tipo doblar la esquina portando un Ceniceros en el pecho, y con esto pensar que la vida puede ser más soportable.
Así que, transparente y buen platicador, Ceniceros se posó frente a los asistentes al aniversario, y habló acerca de su mural.
Las razones de ser del arte son misteriosas. Nace desde muy adentro y el artista intenta explicar lo que él mismo no es capaz de contener. Quizá por eso el título Espejos comunicantes, pues las figuras que aparecen en el mural, se comunican entre ellas mediante la cultura, la ciencia, la historia y el folklor mexicano.
Para Ceniceros, el espejo es el primer crítico del ser humano. Desde las pinturas rupestres de Baja California, pasando por figuras como Padre Mier, Gonzalitos, Borges y Alfonso Reyes, máscaras mexicanas, mapamundis antiguos y mucha geometría, en el mural ya está plasmada la firma del autor.
Para Ceniceros, los murales han sido una razón de vida. Desde 1964 se trasladó a la Ciudad de México para unirse al grupo de trabajo de David Alfaro Siqueiros. Desde aquella década hasta la fecha, el artista va y viene por el país, siempre visitando su querida Universidad.
Recuerda Ceniceros que trabajó Espejos comunicantes a la par que los albañiles lo hacían en el edificio.
Recuerda, con nostalgia, aquellos días cuando los trabajadores jugaban al fútbol en la hora de la comida, y el balón apenas era un cubo de madera. Recuerda tantas cosas mientras estampa su firma en medio de los aplausos. Nadie se ha percatado que afuera del recinto llueve.
El artista plástico perteneció al grupo de artistas bajo el cobijo de Raúl Rangel Frías. Ceniceros convivió con Miguel Covarrubias, Andrés Huerta, Horacio Salazar Ortiz, Jorge Cantú de la Garza, Gerardo Cantú, Xorge González.
Las estaciones Copilco y Tacubaya del Metro y la Cámara de Diputados de la Ciudad de México, así como la Facultad de Ciencias Químicas de la UANL albergan algunas de sus obras.
Los asistentes al teatro disfrutaron de la charla entre el artista y Hernando Garza, donde se hablaron sobre temas como el arte contemporáneo y lo abstracto, término que a Ceniceros no le gusta, pues prefiere llamarlo concreto.
Después de la conversación, el artista firmó su mural, se develó la placa conmemorativa del Teatro Universitario, y se disfrutó del concierto interpretado por la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Continúan las actividades del Festival Alfonsino 2016, donde la oferta cultural incluye exposiciones, presentaciones de libros, teatro, música, danza, talleres y una gran celebración universitaria durante las próximas tres semanas.

Responsable: Prensa UANL