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¡Duro Tigres! 2015

Es histórica la asociación del tigre con estudiantes de la UANL

Por casi siete décadas el tigre ha dado identidad a los alumnos de la Máxima Casa de Estudios de Nuevo León.

Su fuerza, su velocidad y su sagacidad, que le permiten ser uno de los ejemplares más versátiles en el mundo animal, vuelven único al tigre en su salvaje hábitat.

Su capacidad depredadora ha sido asociada al ansia de triunfo de todos los equipos representativos de la UANL, que son distinguidos por su coraje y su lucha estratégica e incesante.

Y aunque en la región noreste del país no habita el tigre, sino algunas especies familiares como el jaguarundi y gato montés, la agudeza de un perspicaz periodista de la década de los 40 hizo que un voluntarioso equipo de futbol americano de la Universidad de Nuevo León dejara de llamarse Cachorros.

Éstos habían nacido con este nombre después de varias discusiones entre los jugadores acerca de cómo debía llamarse el equipo.

En el primer tomo de su enciclopedia Medio Siglo. Crónica de los primeros 50 años del futbol americano en el noreste de México, el Ing. Cayetano E. Garza Garza menciona los primeros indicios de este deporte en la UNL, ahora UANL.

Señala que a fines de enero de 1943 más de 30 jóvenes se empezaron a reunirse en el Campo Bachilleres, acudiendo al llamado del Ing. Bernardo Dávila Reyes para formar el equipo de la Universidad.

En su obra, Garza Garza comenta que el Ing. Dávila tuvo la intención de llamar Osos al equipo, la razón se desconoce, aunque quizá tenga qué ver con dar seguimiento al hecho de elegir nombres de animales para identificar a los equipos.

En esa época el equipo más vencedor, de los dos que existían en la Capital de Nuevo León, era Gatos Negros, y el otro fue Pieles Rojas, derivado del primero, éste fundado en 1941 y con el primer encuentro entre ambos en 1942.

El 14 de noviembre de 1943, de acuerdo a lo escrito por Garza Garza, se efectuó un “scrimmage” de los de la U contra los Gatos Negros, en el que, lo que menos importó, fue el marcador.

El 10 de diciembre del mismo año volvieron a enfrentarse ambos equipos en juego de exhibición en el Parque Acero Monterrey, ya con la Universidad adoptando la figura de Cachorros y no de Osos, como en principio se le pretendió asociar. La victoria fue para Gatos Negros por 18-0.

El equipo se mantuvo y luego surgió la idea de llamarse Pumas y llevar los mismos colores azul y oro de la UNAM, por reconocimiento a sus entrenadores Francisco de P. Mendoza y David Rodríguez Fraustro, los dos ingenieros químicos egresados de esa institución.

Sin embargo, Rodríguez Fraustro condicionó a los jugadores a ganarse ese honor y a iniciar, desde abajo, con lo que consideró un nombre más modesto: Cachorros, y fue el primer identificativo oficial del equipo de la UNL.

Sería hasta tres años después, luego de mucho entrenar y de encontrarle el modo a este deporte, que los Cachorros se midieron una vez más a sus acérrimos rivales Gatos Negros. Fue el 25 de enero de 1947 dentro de la tercera edición del Campeonato Estatal de Nuevo León.

¡Y gggggrrrrrr!!! ¡Ganaron los Cachorros! Desgarraron con sus formadas zarpas al equipo que parecía invencible, cortándole además una racha victoriosa de cuatro años.

El equipo pionero del futbol americano en México, Gatos Negros, cayó así ante la UNL por un determinante marcador de 6-0 y ante 3 mil espectadores reunidos en el Parque Deportivo de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa.

El manejo periodístico que hizo el redactor Toni Corona en su columna Mosaicos Deportivos del diario EL NORTE, fue letal y perpetuo.

“Los universitarios se han portado en el emparrillado con gran coraje y enjundia, dejando por tanto de ser Cachorros y convertirse más bien en Tigres hambrientos de triunfo”, esa fue la certera apreciación del periodista, que hoy en día es absoluta identidad.

Redacción: Juan Ramón Piña / Portal Web – UANL

Responsable: Prensa UANL