Regresar

Compartir:

Cumple UANL una década de estudios sismológicos

A 10 años de llevar el registro sismológico del Estado, la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL ha documentado 350 movimientos telúricos naturales en Nuevo León; el más reciente, de 4.0 grados escala Richter.

Hasta hace una década era común pensar que Nuevo León era una zona libre de sismos. A partir del 2006, científicos de la Universidad Autónoma de Nuevo León empezaron a estudiar la actividad sísmica en la región y han documentado 350 movimientos telúricos en el noreste de México.

Aunque la gran mayoría son imperceptibles, el 29 de agosto se sintió el más reciente sismo con una intensidad de 4.0 grados escala Richter, lo que provocó una serie de interrogantes sobre este evento, sus posibles causas y consecuencias.

El ingeniero geofísico de la Facultad de Ciencias de la Tierra, Juan Carlos Montalvo Arrieta, aseguró que los movimientos sísmicos registrados en el Estado durante los últimos años forman parte del comportamiento natural que tiene el planeta.

“En gran parte del subsuelo de Nuevo León hay fallas o cicatrices de toda esta deformación que admiramos en el Estado, entonces, esas estructuras cada diferentes periodos de tiempo muestran movimiento”, explicó el experto al referirse a las montañas.

El doctor en sismología justificó que los recientes movimientos en Nuevo León reflejan el periodo de retorno sísmico [tiempo medio entre dos terremotos de magnitud mayor], por lo que se esperarían más sismos, inclusive mayores a los 4.5 grados escala Richter, magnitud más alta que se ha registrado en la entidad.

“La teoría nos dice que un sismo de magnitud 5.0 puede generar rompimiento de roca de un kilómetro o más. En la región, cuando uno ve un mapa geológico, se encuentran fallas que tienen esas dimensiones, entonces eso es lo que nos permite decir que esas cicatrices pueden generar sismos moderados”, señaló el miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Nivel 1.

La Facultad de Ciencias de la Tierra es pionera en la instalación de estaciones sismológicas en el noreste del país; en el 2006, se colocó una en el municipio de Linares. En el 2012, se instaló otra al sur del área metropolitana Monterrey, dentro del Campus Mederos de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ambas están a cargo de Montalvo Arrieta, quien trabaja con un par de investigadores de la UANL.

Han pasado 10 años desde que el investigador de la Máxima Casa de Estudios impulsó este proyecto con el propósito de explorar las tierras del Estado y demostrar que en todas las partes del planeta tiembla.

De los 350 sismos documentados en el Estado durante la última década, el más alto fue de 4.5 grados escala Richter, que ocurrió en el 2013.

“Siempre se han registrado sismos en Nuevo León, la diferencia es que antes del 2006 no había estaciones sismológicas que registraran este suceso.

“Va a ser parte de nosotros convivir con sismos de magnitud 4.0. La pregunta es, si brinca la siguiente barrera de magnitud 5.0 ¿cuánto es el periodo que necesitamos de vida para experimentar un sismo de magnitud 5.0?”, se cuestionó el investigador.

Con este trabajo de investigación, Montalvo Arrieta señaló que los resultados obtenidos hasta la fecha, con el apoyo del Servicio Sismológico Nacional, ahora cuentan con una referencia que permitirá en un futuro tener mayor certidumbre de la magnitud de los sismos que se pueden esperar en el Estado.

“Ahorita todavía no hemos llegado a ese límite [de conocer cada cuándo y en qué magnitud ocurrirá un sismo], porque 10 años dentro de la evolución de la sismología es un periodo muy pequeño. Podría tardar hasta 100 años.

“El periodo de retorno del máximo terremoto que puede ocurrir en la región es este tiempo. En el momento en que lo tengamos, podemos hacer la primera aproximación, entonces, decir estos sismos se van a estar generando cada cierto tiempo en estas áreas y ver cómo va a ser el impacto”, dijo el académico de la UANL.

De acuerdo a documentación histórica proporcionada por el investigador, el último sismo registrado con la más alta magnitud en el Estado ocurrió en 1841 y fue de 6.0 grados escala Richter.

A la fecha, los sismos registrados han sido de carácter natural; sin embargo, el investigador no descarta que en un futuro se registren sismos inducidos a causa de la práctica del fracking, técnica para extraer gas shale y petróleo del subsuelo.

A partir de esta documentación, el investigador señaló que el trabajo por venir es conocer si las construcciones del área metropolitana están preparadas para estos sucesos que se presentarán en mayor intensidad, ya que un sismo de 5.0 o 6.0 grados escala Richter generaría daños moderados en la zona urbana.

Además, mencionó que este tipo de fenómenos abren paso para que se implementen más acciones de prevención en el tema.

Cuenta UANL con ‘sismógrafo humano’ único en el país

¿Sentiste un sismo? A través de la página www.sismos.uanl.mx puedes dar detalle de lo que experimentaste y lo que ocurrió en tu entorno.

Las Facultad de Ciencias de la Tierra de UANL, en coordinación con el Servicio Sismológico Nacional, trabaja con una herramienta tecnológica, única en el país, que genera mapas de intensidad con la colaboración de los ciudadanos.

“Es una iniciativa de la Facultad de Ciencias de la Tierra con la Dirección General de Informática, se genera un portal y ahora es un portal socorrido por todo el país.

“La Universidad Autónoma de Nuevo León ahorita es la encargada, a nivel nacional, de generar los mapas de intensidades sísmicas de todo el país y empieza con la iniciativa de resolver el problema de que habían muy pocas estaciones y la gente nos decía que sentían sismos, entonces les pedimos que nos informaran”, informó el doctor Juan Carlos Montalvo Arrieta.

En el 2015, la UANL creó esta página y está enlazada con la página oficial del Servicio Sismológico Nacional.

La información, además de proporcionar detalles de los sismos, contribuye para ampliar las investigaciones en el ramo, pues los resultados de las encuestas demuestran en qué zonas se sintió un sismo con mayor intensidad y cuáles son las zonas más vulnerables.

Por la cercanía, tanto la información generada en las estaciones sismológicas como los mapas de intensidad son compartidos con el Servicio Sismológico de los Estados Unidos.

Responsable: Prensa UANL